CELEBRIDADES
Yo conoci a
INDALECIO RAMIREZ
gracias a mi tio Francisco Bravo Diaz
Yo conoci a
INDALECIO RAMIREZ
Hacia el final de los años 70, yo trabajaba en alguno de los hoteles de Acapulco tocando guitarra y cantando, el hotel Hilton, El Presidente o no sé cual, y practicaba en un apartamento que rentaba en la colonia Progreso, en Acapulco.
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A unos cuantos pasos vivia mi tio Francisco Bravo Diaz, medio hermano de mi mamá. Yo visitaba a mi “tio chico”, como cariñosamente lo llamabamos en la familia, casi todos los dias y nos llevábamos muy bien. Mi tio chico era joyero de profesión y trabajaba en una joyeria que está en el centro, allá por la catedral de Acapulco y era una persona muy amable y muy sociable. Él tenia muchos amigos, varios de ellos eran artistas, contadores, abogados, etc. Él se reunia con sus amigos frecuentemente o algunos pasaban a saludarlo y a cotorrear un poco, los invitaba a comer, hablaban de politica, de economía o de cualquier cosa. Algunas veces me presentaba con sus amistades, y auque yo era mas joven que ellos, platicabamos de temas interesantes y divertidos.
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Mi tio sabia que aunque yo tocaba en los hoteles de Acapulco, eso no era lo unico que yo queria, y tambien me dedicaba a componer canciones, arreglarlas y ponerles música, con una vision de futuro, de llegar cada dia mas lejos en la musica, de no detenerme jamas. Yo trabajaba en la musica pero mis ambiciones musicales volaban al infinito, a llegar alto, muy muy alto, de ser posible, llegar mas allá del infinito. Yo tenia mis propias canciones y se las cantaba a mi tio Chico y a sus amistades, a mis otros tios, a amigos, a todomundo.
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Una vez, mi tio chico me dijo: “Te voy a presentar a Indalecio Ramirez”. Yo me emocioné con la idea y le dije que sí, que estaría encantado de conocerlo. Un dia me dijo, “Acompañame, voy a visitar a Indalecio” y nos fuimos caminando hacia otra calle de la misma colonia Progreso pero mas alejada de donde mi tio vivía, ahi vivia la familia de Indalecio Ramirez, su papá que era un gran guitarrista chilenero y varias otras personas que formaban parte de sus seres queridos. Mi tio Chico preguntó por Indalecio y al poco rato, Indalecio vino a saludarlo y se pusieron a platicar. Mi tio Chico me presentó con Indalecio y él me presentó a su familia. Nos pusimos a platicar, mi tio le habló a Indalecio de mis “hazañas” en la música, Indalecio sacó una guitarra y nos pusimos a tocar y a cantar canciones. Indalecio era una persona muy amable y sencilla, yo creo que toda la gente de valor es amable y sencilla, ahi radica el valor mas grande, en la sencillez. Indalecio ya era conocido en todo el pais y el extranjero como compositor y no se comportaba como una estrella, sino como un amigo. Pocos hubieran creido que el autor de "Una limosna", que le ha dado la vuelta al pais y al mundo en la voz de Javier Solis, Flor Silvestre y otros artistas, se comportara tan amable con un perfecto desconocido como yo.
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Después de la primera vez, nos volvimos a encontrar Indalecio y yo. Yo no sé si mi tio Chico le habló de mis canciones y le pidió a Indalecio que me ayudara porque Indalecio me pidió que escribiera en maquina la letra de mis mejores canciones y que grabara en un cassette las mismas canciones porque él partiría a la Ciudad de México y llevaría mis canciones a las editoras en el DF. Yo grabé mis canciones y escribí las letras y se las dí a mi tio Chico para que se las entregara a Indalecio.
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Pasaron varios dias, quizas semanas o meses, y a un momento dado, recibí las canciones de regreso, Indalecio habia regresado del DF, mis canciones venian con algunas marcas de sellos. Indalecio me dijo que las editoras le dijeron: “sigue componiendo, tus canciones estan bien pero les falta madurez, y eso lo vas a lograr mas tarde”.
Yo estaba seguro que mis canciones no pasarían, porque no eran canciones comerciales, eran canciones de rebeldía y no tuve tiempo de ponerme a componer canciones de amor o algo por el estilo. Asi que no fué ninguna sorpresa para mí. Y aunque yo sabia que no pasarian, me senti contento de saber que Indalecio Ramirez haya hecho algo por mi, para dar a conocer mis canciones, para ayudarme a volar alto en el firmamento artístico donde él volaba.
Creo que la ûltima vez que me encontré con Indalecio fué cuando estaba preparando a una muchacha para lanzarla cantando las canciones inéditas suyas, la chava cantaba muy bien y tenia buena presencia en la escena pero ya no supe lo que sucedio mas tarde.
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Yo creo que Indalecio tenía un complejo de inferioridad, él creía que no tenía buena voz, que cantaba mal. Muchos cantantes tenemos ese complejo porque no conocemos la capacidad de nuestra voz. En ese tiempo, yo tambien pensaba igual: que cantaba mal, que me desentonaba, que me desafinaba, etc. Pero eso es producto de nuestra honradez, de nuestra honestidad, de creer, aunque no sea verdad.
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Yo seguí trabajando en los hoteles, tocando y cantando y mas tarde formé mi propio grupo y trabajaba en el hotel Acapulco Ritz cuando me salió mi primera gira al extranjero, después de esa primera gira, entré a tocar al Centro de Convenciones y me volvió a salir otra gira artistica al extranjero, ...otra vez. Ya no volví a encontrarme con Indalecio Ramirez debido a mis ausencias del pais y a proyectos ambiciosos muy grandes, pero hoy, en estas cuantas líneas, quise plasmar el grato recuerdo de mi encuentro con esa persona que siempre he admirado, al “pariente”, como él me llamaba, Indalecio Ramirez, gracias a mi "tio Chico", Francisco Bravo Dias, que en paz descanse.
Acapulco, Gro. 25/feb/2018
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MI ENCUENTRO CON
GONZALO RAMÍREZ
Un dia decidí ir a visitar a mi amigo Herberto Salazar, allá por el año de 2006. Heriberto es el autor de la canción “El Perico de Rosamaría” que interpreta el conjunto Acapulco Tropical.
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Hacía mucho tiempo que no lo habia visto, estuvimos trabajando en el restaurante El Patio durante un buen tiempo, en la Rondalla de Acapulco de Carlos Ochoa. Heriberto me dijo que habia tenido un grupo tropical y que habian grabado varias canciones pero que el grupo se deshizo cuando el guitarrista se salió de la agrupación, pero que todos los demas integrantes todavía estaban dispuestos a seguir.
Yo le dije “si tu quieres, yo le entro al grupo como guitarrista”, y le interesó la idea, me respondió que iba a hablar con los demas integrantes y que pronto me notificaría.
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Unos dias mas tarde, todos los demas miembros del grupo estaban de acuerdo y Heriberto me dijo que no ibamos a practicar en su casa ni en la mía para no hacer mucho ruido y molestar a los vecinos y que mejor nos iríamos a practicar a la casa de un amigo suyo que vivía en Pié de la Cuesta, un gran terreno solitario en donde casi no había casas alrededor y podiamos hacer el ruido que quisiéramos.
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Resultó que la casa del amigo de Heriberto Salazar era la casa de Eloy, el suegro de Gonzalo Ramírez que también tenía un grupo de música tropical.
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Comenzamos a practicar, sobretodo canciones inéditas de Heriberto pero claro, teníamos intenciones de poner canciones de los demas miembros del grupo y también canciones mías. No recuerdo si ibamos a practicar todos los días de la semana o no, pero sí practicabamos muy seguido.
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Yo necesitaba dinero, queria trabajar lo mas pronto posible y me di cuenta que todos los demas miembros del grupo tenían trabajo fuera de la música y que no necesitaban trabajar con el grupo sino, mas bien, el grupo musical lo tenían como mera diversión. Así que comencé a sentirme desesperado al ver que yo era el único que necesitaba trabajar en la música y los demás, no.
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Seguíamos practicando pero el grupo no avanzaba, nadie tomaba eso en serio, todos tenían trabajo y la música era secundario. El único que tenía una voz segura era Heriberto, pero Heriberto no quería cantar, él prefería dejar el lugar de cantante a “la juventud” que eran su hijo y su nieto y yo veía que el grupo no avanzaba y yo necesitaba ingresos y no veía para cuando. Asi que un día le dije a Heriberto que abandonaba el grupo.
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Le ofrecí mi ayuda a Eloy como guitarrista, bajista, requintista, tecladista, primera voz, segunda voz, tercera voz y de lo que surgiera, a cambio de participar en algunas tocadas y ganar un poco de dinero. Eloy me dijo que sí pero que quería que yo fuera a practicar frecuentemente, así que comencé a ayudar a Eloy, sin formar parte de su grupo, a participar en los ensayos. Yo iba seguido a ver a Eloy y a practicar con su grupo y algunas veces participaba en las tocadas que le salían y me echaba unos pesos a la bolsa, que me caían muy bien.
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Un día, estabamos practicando, cuando llega Eloy con una noticia: Gonzalo Ramírez estaba formando un nuevo grupo para sus conciertos y necesitaba músicos que quisiéran trabajar con él. Todos le dijimos a Eloy que sí queríamos y nos entusiasmamos. Nos pusimos a comentar la noticia y nos agradaba la idéa de formar parte del grupo de un artista ya consagrado y que todomundo aprecia. Comentabamos que Gonzalo fué el que con su voz y sus canciones lanzó al Grupo Caribe a la fama y que ahora tendríamos la oportunidad de tocar para el autor de “Por mi pobreza”, “Hazla Regresar”, “Güero Güerinche” y tantas mas.
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Eloy nos dijo que no deberíamos creér que todo sería fácil, porque Gonzalo iba a ponernos a prueba y que iba ir eliminando uno a uno a aquellos músicos que no le sirvieran, así que no deberíamos desmoralizarnos si nos decían que estábamos eliminados. Sobre aviso no había engaños. Así que nos fuimos todo el grupo musical de Eloy rumbo a la casa de Gonzalo Ramírez. Llegamos a la casa de Gonzalo, todos juntos, como niños de kinder, Eloy nos fué presentando uno por uno y a partir de ese momento, estabamos comprometidos a ir a practicar con Gonzalo Ramírez hasta que nos dijera que sí o que no le servíamos como músicos.
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Y así fuéron eliminandose uno por uno el de las tumbas, Eloy en la batería, el guitarrista, el bajista, y todos los demás. El último que se quedó fuí yo, en el teclado. Yo fuí el único que pasó la prueba y me quedaba con Gonzalo a esperar a que consiguiera otros músicos que formarían su nueva agrupación.
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Yo iba todos los dias de la semana a practicar las canciones que Gonzalo había hecho famosas en el Grupo Caribe pero me sentía mal de saber que yo era el único músico que iba a las prácticas y que tardaba mucho en conseguir otros. Gonzalo veía que yo no me sentía bien y trataba de darme ánimo, me decía cuanto iba yo a ganar en cada presentación, me invitaba a verlo cantar con con su música grabada en algunas presentaciones, me mostró un recinto donde él hacia presentaciones y donde yo lo acompañaría, con luces, reflectores y sonidos para que yo no me desanimara. Me decía que yo ganaría dinero en Derechos de Autor por los arreglos de teclado que yo haría a sus canciones. Yo necesitaba trabajar, necesitaba ganar dinero y me desesperaba el ver que nadamas estaba practicando y no había resultados.
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ANÉCDOTA. Una vez, Gonzalo necesitaba mi nombre completo para, quien sabe qué, y tomó un papel y una pluma y me dijo: Como te llamas. Yo le respondí: “Guillermo”. Él me miró y dijo: “Yo sé que te llamas Guillermo, pero, Guillermo qué”. Yo le respondí: “Ramírez”. En ese instante dejó de mirar el papel donde estaba escribiendo y me miró con ojos de incrédulo y me preguntó: “Ramírez?” y yo le respondí: “Sí”, pero Gonzalo creía que yo lo estaba cotorreando, que era una broma y me repitió “Ramírez”. Entonces yo me di cuenta que él creía que yo lo estaba bromeando y lo miré fijamente a los ojos, como él me miraba y le repetí: “Si, Guillermo Ramírez”. Fué hasta ese momento que se dió cuenta cabal que mi nombre era Guillermo Ramírez y que no lo estaba vacilando. Entonces volvió la vista al papel y recomenzó a escribir al mismo tiempo que repetía: “Ah, por eso, …por eso, ...por eso”. Yo creo que queria decir que “por eso” yo era bueno en la música o que “por eso” yo era el único que había sobrevivido a la purga musical.
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Ni Eloy ni Gonzalo nunca supieron que yo había trabajado de músico en casi todos los hoteles de lujo de Acapulco, ni tampoco supieron que había participado en programas televisivos del extranjero, ni que yo había salido de gira artistica dos veces al extranjero, ni que yo había grabado un disco en el extranjero y que mis canciones se escuchaban en la radio y que mi foto aparecía en los diarios mas grandes de otros paises y que la gente me reconocía en las calles de países extranjeros.
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Yo no podía soportar mas estar sin trabajo y me desmoralizaba ir a ensayar y no ver ningun futuro, pude conseguirme unas bocinas y un microfono y me puse a buscar trabajo de tecladista y tuve que decirle a Gonzalo Ramírez que dejaba de practicar con él. Poco tiempo después entraba a tocar en un restaurante de una playa en Barra Vieja.
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...y desde entonces ya no he tenido noticias ni de Eloy ni de Gonzalo ni de Heriberto Salazar. Uno de estos dias iré a visitarlos.
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Acapulco, Gro. 28/feb/2018
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HENRY KISSINGER
HENRY KISSINGER
Fué probablemente por el año de 1975, yo trabajaba en el restaurante El Patio, en la Rondalla de Acapulco de Carlos Ochoa, cuando tuve la oportunidad de asistir a la recepción del entonces secretario de gobernación de Estados Unidos, Henry Kissinger, que se dió en el Hotel Las Brisas de Acapulco.
La Rondalla de Acapulco fué el primer grupo musical donde comencé a tocar de manera profesional y nos produciamos en el restaurante El Patio, en donde se presentaba el espectáculo mexicano, noche a noche, en alternancia con la Familia Mora Arriaga, a turistas que venian de todo el mundo a disfrutar de las bellezas de este puerto.
Después de cada espectáculo, los turistas venian a saludarnos y a hacerse amigos con nosotros. Habian quienes nos sugerian que nos fueramos de gira por sus paises de origen para dar a conocer nuestro repertorio y otros se contentaban con cruzar algunas palabras con alguno de nosotros.
Habia turistas que se hacian amigos con nosotros y otros que venian a saludar al promotor, Carlos Ochoa, y que mantenian comunicacion con él aún cuando se encontrabann de regreso en sus paises de origen. Carlos Ochoa tenía amigos de Estados Unidos que tenian relaciones con altos dirigentes politicos de ese pais. Un día llegó una señora, que no recuerdo su nombre completo pero que todomundo la conocía como la “señora Simpson” y le gustó tanto el espectaculo de la Rondalla que se hizo amiga de todos nosotros. Nos traía pequeños regalos, se tomaba fotos con nosotros, nos presentaba a sus amistades y andaba siempre acompañada de don Carlos Ochoa. La señora Simpson era una señora muy respetada en Estados Unidos y Carlos Ochoa la apreciaba mucho, al igual que otras personas que lo visitaban.
Un dia, la señora Simson nos dijo que nos apreciaba tanto que quería ser nuestra madrina. Nosotros le respondimos que por nosotros no había problema si ella quería ser la madrina de la Rondalla de Acapulco y mas tarde le comentó a Carlos Ochoa. Claro está que nadie se opondría a que la Señora Simpson fuese nuestra madrina y un dia se nos dijo que al fin, la señora Simpson, era nuestra madrina oficial. No había ninguna actividad especial que marcara la relacion de madrina de la señora Simpson, solo que lo era y nadamas, al menos no se notaba nada, pero esa señora tenía relaciones con la diplomacia Norteamericana, era muy allegada a la cúpula dirigente de ese pais y estaba al corriente de lo que sucedía a nivel internacional relacionado con los gringos.
Un dia, llegó la señora Simpson con la noticia de que el secretario de estado de Estados Unidos, Henry Kissinger, vendría a Acapulco y ella formaba parte de la organisación de la recepción, entonces, ella sugirió que Kissinger fuera recibido con la presencia de la Rondalla de Acapulco.
Andaba tan alborotada, al igual que otros amigos suyos, que se le notaba nerviosa y a la vez feliz de pensar que Kissinger fuera recibido en Acapulco con la Rondalla, además, ella quedaba bien parada, pués ella era la madrina de este grupo musical.
Pasaron algunos dias preparando la recepción y al fin se supo que sería en el hotel Las Brisas.
A la hora prevista, nos trasladamos al hotel Las Brisas, ya uniformados y listos para comenzar a tocar, llegamos al hotel, nos posicionamos en una gran sala de recepcion del hotel en donde se podía apreciar la Bahía de Acapulco con toda su belleza con que es conocida en el mundo entero. La gente iba y venia nerviosa, checando sus relojes, los guardias de seguridad se mostraban discretos y vigilantes, en la sala habia mucha gente esperando el momento en que aparecería el personaje. Llegó el momento de la verdad y la señora Simpson vino a decirnos de comenzar a tocar y al son de “La Vikina” vimos alfin entrar al tipo que todomundo estaba esperando, hacer su entrada a la sala.
Yo conocía a Henry Kissinger porque leía a diario la mayoría de los periódicos locales y nacionales y estaba al corriente de lo que sucedía en el mundo de aquel entonces en que se vivía la monotonía de la “guerra fria” en la cual, o eras pro-gringo o pro-ruso, no había permiso para la razón ni para reflexionar ni formar tu propio criterio, tenías que ser pro-gringo o pro-ruso y nadamás.
Henry Kissinger hizo su entrada triunfal en la sala, saludando de mano a todos los presentes, a sus amigos, conocidos y otros personajes que estaban ahí para recibirlo y desearle lo mejor en su estadía en el puerto pero nunca se dignó venir a saludarnos a nosotros, como otras personalidades lo habían hecho anteriormente en ocasiones diferentes. Platicaba con unos, platicaba con otros y así se pasó la noche. Nosotros tocamos aproximadamente una hora y después tomamos el camino de regreso.
Kissinger me pareció una persona arrogante que demostraba amabilidad pero que se sentía superior a la mayoría de la gente. Era el tipico producto de su país que se creía “la potencia mas grande del mundo” y que podía imponer su voluntad en los cuatro puntos cardinales del planeta, al menos eso pensaban y eso reflejaban.
Salimos del hotel Las Brisas, no sin antes pasar unos minutos a admirar la belleza natural que es este nuestro puerto mas bello del mundo, o uno de los mas bellos, para no herir la sensibilidad de nuestros amigos que viven en puertos menos bellos que el nuestro, ja ja ja. Es broma, no me lo tomen a mal.
Los gringos piensan que ellos son los mejores y tienen lo mejor porque nunca han probado lo rico que sabe un traguito de Tuba, agua del cojollo de la palma, ni el rico sabor de un bolillo tostado recien salido del horno de la colonia Jardin, o el manjar de una tortilla de maiz recalentada que se puede degustar con cualquier cosa o sin nada. Ellos no saben lo rico que es ir a bañarse desnudo a un rio o arroyo porque sus rios y arroyos estan congelados en invierno como en verano.
Y salimos del hotel Las Brisas echando relajo, como siempre, algunos diciendo que yo tenía nariz de elefante o que aquel miraba como un retardado mental, ja ja ja. Algunos preguntaban ?Porqué el hijo de Carlos Ochoa mira siempre hacia arriba? Y la respuesta era que “anda buscando telarañas”. Había quienes preguntaban ?Porqué a Miguel le llaman “el tigre”? Y la respuesta era que “traia puras novias fellonas” o puras garras. Llegamos a nuestro destino en el centro de Acapulco y el chofer estaba contento de deshacerse de nosotros y ya no escuchar las tonterias que veniamos diciendo en el camino.
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EL PIPORRO
encuentro en el hotel ACAPULCO RITZ
Nos encontramos en el hotel Acapulco Ritz
Aqui va a ir el texto.
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